Los mamíferos son los animales más desarrollados entre todos los vertebrados,
se sabe que tienen sangre caliente, que tienen su cuerpo cubierto de
pelos y que dan de lactar a sus cachorros. Sin embargo, no todos los de
esta clase poseen las mismas propiedades.
El ornitorrinco: La hembra pone generalmente dos huevos, aunque a veces puede poner solo uno o hasta tres. Los huevos son un poco más redondos que los de las aves, son suaves y fexibles, y miden aproximadamente 1,7 cm.
Un ornitorrinco recién nacido es ciego y desprovisto de pelos, y mide
alrededor de 2,5 cm de largo. El ornitorrinco hembra no
tiene pezones, por lo tanto, alimenta a sus crías con leche secretada a
través de poros de la piel en el abdomen. La leche fluye en dos ranuras
en el abdomen y el joven las lame para beberla. Cuando el joven
ornitorrinco cumple cerca de cuatro meses de edad, sale de la
madriguera.
El equidna: Las hembras ponen un huevo al año
del tamaño de una uva y lo mantienen a salvo en una bolsa localizada en
su vientre. Diez días después la cría eclosiona y comienza a tomar la
leche que segrega su madre a través de unas glándulas especiales
alojadas en la citada bolsa. Vive en Australia, Tasmania y Papúa, Nueva Guinea.
El canguro: El canguro es un marsupial con lo cual las
hembras están dotadas de la famosa bolsa ventral que hacen su sistema de
reproducción tan peculiar y llamativo.
El huevo desciende desde el ovario hasta el
útero. Allí se fertiliza y rápidamente se convierte en un recién nacido.
Incluso en el más grande canguro, el recién nacido
emerge después de sólo 33 días. Por lo general, sólo un joven que nace a la vez. Es ciego, sin pelo y de
unos pocos centímetros de largo, sus patas traseras son simples y en su
lugar utiliza sus patas delanteras más desarrolladas para realizar su
camino a través de la gruesa piel sobre el abdomen de su madre hacia la
bolsa, que dura de tres a cinco minutos. Una vez en la bolsa, se sujeta a
uno de los cuatro pezones y empieza a alimentarse. A partir de entonces, pasa cada vez más tiempo en el mundo exterior y,
finalmente, después de unos 235 días, sale de la bolsa por última vez.
La zarigüeya: La zarigüeya podrá reproducirse hasta dos veces al año, principalmente
en primavera o verano, que es su época reproductiva. Tras
el apareamiento, si se produce fecundación, la hembra gestará durante
unos 12-13 días de media a un número bastante elevado de crías, que
oscila entre las 8 y las 20 zarigüeyas, aunque no todas sobreviven.
Tras este tiempo pasarán a una bolsa epidérmica que recubre las mamas denominada marsupio,
y que cumple la función de proteger y alimentar a dichas crías durante
los meses posteriores al nacimiento, ya que nacen aún en un estado
prácticamente embrionario, y necesitarán a la
madre para poder sobrevivir y terminar de desarrollarse. Allí
permanecerán durante unos 60-90 días más, momento a partir del cual
estarán preparadas para el destete y la vida fuera de la bolsa. Al
principio seguirán pegadas a la madre, subidas a su espalda y junto a
ella, y cuando estén listas para la vida en solitario se separarán
definitivamente.
Investigación en colaboración con Noelia Goya
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